26 ago 2010

Si te cuento un cuento...





Anuló las pocas fuerzas que le quedaban y sintió como su cuerpo de desplomaba.

Con las rodillas clavadas en la tierra, las manos se aferraron a puños llenos a la sequedad de ese terreno hostil, y deseó convertirse en el mismo polvo, en esa nada, en su todo…

La pesadumbre puede entretejerse en el alma con una urdimbre tan esclava como angustiosa.

Respiró, respiró, tantas veces como sus pulmones necesitaron para sentirse llenos, frescos, renovados y volvió a tomar impulso.

La esperanza está para susurrarnos: “Nunca desistas en tu empeño de alcanzar tus sueños”

Jamás olvides qué es lo que buscas.

No dejes de pensar que tus deseos son realidades allí, un poquito más delante de esa última caída.

Y entonces, caminó, con paso firme, sin premura, decidida…y al descubrir la luz supo que era la felicidad que había estado esperando.

Al contemplar su candidez, le fortaleció la idea que cualquier vivencia efímera pasajera, eran patrones para seguir por una senda y volvió a inclinarse, pero ahora para apresar la belleza que a sus pasos le mecían en un vals.

Supo, que por mil pétalos que sorteara, todos le dirían la respuesta esperada.

Mil y uno cubrirían sus pies y seguiría sin descanso gritando. “Sí! Sí!, Sí!”



2 comentarios:

  1. Anónimo27/8/10

    yo tb digo si!!!
    abrazos desde holanda...

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  2. Sí, sí!! adelante! hay que seguir caminando a pesar de todo, si paramos en el camino, quien sabe las bellezas que nos perderemos allí adelante? ^^

    Un besito

    Me encanta la foto :)

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un vuelo sinuoso