26 ago 2010

Si te cuento un cuento...





Anuló las pocas fuerzas que le quedaban y sintió como su cuerpo de desplomaba.

Con las rodillas clavadas en la tierra, las manos se aferraron a puños llenos a la sequedad de ese terreno hostil, y deseó convertirse en el mismo polvo, en esa nada, en su todo…

La pesadumbre puede entretejerse en el alma con una urdimbre tan esclava como angustiosa.

Respiró, respiró, tantas veces como sus pulmones necesitaron para sentirse llenos, frescos, renovados y volvió a tomar impulso.

La esperanza está para susurrarnos: “Nunca desistas en tu empeño de alcanzar tus sueños”

Jamás olvides qué es lo que buscas.

No dejes de pensar que tus deseos son realidades allí, un poquito más delante de esa última caída.

Y entonces, caminó, con paso firme, sin premura, decidida…y al descubrir la luz supo que era la felicidad que había estado esperando.

Al contemplar su candidez, le fortaleció la idea que cualquier vivencia efímera pasajera, eran patrones para seguir por una senda y volvió a inclinarse, pero ahora para apresar la belleza que a sus pasos le mecían en un vals.

Supo, que por mil pétalos que sorteara, todos le dirían la respuesta esperada.

Mil y uno cubrirían sus pies y seguiría sin descanso gritando. “Sí! Sí!, Sí!”



4 ago 2010

only two .. but much...




Sintió, como al abrazarle, el mundo que a sus pies le mantenía se difuminaba, como las acuarelas, y supo que al aferrarse a esa ilusión, no necesitabas que algo tangible le asegurara más firmeza que el poder seguir soñando.

Supo, al mirar sus ojos, que cada día podría prometerle ser feliz, con el único anhelo que esa luz no le faltara, un poquito, con cada alborada.

Y al sonreírle, recordó, levemente, las veces que había llorado, aquellas que sintió miedo, y creía que nunca volvería a ser feliz… esos recuerdos, ahora lejanos, solo eran ecos de una superación personal, aquella que le decía lo importante que era: “intentar ser feliz, vivir y dejar vivir”

Entonces, recordó esa promesa, junto a aquella fuente, en una noche mágica, cuando sintió como el frescor le calmaba en un solo segundo, cuando las palmas de sus manos se dejaron seducir por el movimiento escurridizo del agua, y entonces juró no olvidar que la felicidad era el instante supremo en el que todo se para y nada te asusta. Durara lo que durara, si algo así llega a nuestras vidas, será eterno, mientras lo recordemos.

Felicidad, porque podemos abrir mis ojos…y ver

Dicha, porque las penas serán más pequeña que el afán por superarlas…y sentir

Tesón, porque no hay mayor deleite que sabernos privilegiados…y yo lo soy!


Prometo dar todo cuanto soy,
sin dejarme nada en la reserva,
porque AHORA es hoy,
y solo así sabré que invierto todo y nada escondo
.