27 may 2010

Mejor...guardarlo




Nunca le diría, ni tan siquiera al viento, lo mucho que deseaba acariciar su rostro.

Acallaría ese deseo por el simple anhelo de sentirlo suyo, y poder soñar, como recorrería su mejilla, con la máxima ternura que la yema de su dedo podía albergar, imaginaba una y otra vez, como la intensidad de su mirada se clavaría en el alma…ya inmortal, para siempre.

Aquella noche caminaron, sin rumbo, entre conversaciones en ocasiones intrascendentes pero todas importantes…su voz era tan cautivadora…

Suyos…todos aquellos minutos eran suyos, como cuando respiraba profundamente y con pausa, para calmarse, antes de llamar, y que así no notara su alteración.

El momento era suyo, eterno, irrepetible, especial, porque quería vivirlo así, como las historias que te empeñas que terminen bien… quizás porque nunca empiezan y por eso, aquella noche, su secreto quedaría enredado entre esos anhelos inconfesables, esa inocencia recuperada, esa pasión de querer y no esperar que te quieran igual… prefería quedarse siempre con la duda a romper en mil pedazos una nueva noche, soñando su rostro.


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2 comentarios:

  1. Anónimo27/5/10

    yo quiero una noche así...
    precioso texto

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  2. Me encanta! me encanta!! ^^ no lo había leído, llevaba tiempo sin pasarme por aquí, pero... ME ENCANTA!! :P

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un vuelo sinuoso