Mordaza...sigue trabajando.
Mantén tu afán por acabar conmigo.
Así será mejor, pues así se quiso.
Mordaza...no te apenes de mí.
No soy lo que era, pues todo es discurrir.
Nada fue ni será igual, sigue, persiste.
Mordaza...cuando tu fuerza es liviana,
suspiro, añoro y en mal momento revivo.
Sigue con nuestro trato...
Mordaza, solo tú sabes cuán valioso es
el silencio, el destierro, el olvido,
de no hacer, ni decir, ni sentir...
Mordaza...te juré que acallarías mi voz,
te aseguré que atarías mis sentidos,
te juré que nunca nos separaríamos...
Y así ha sido...casi cien días...y hasta el fin.
Mordaza, solo se trata de unirnos quizás
con más anhelo, más deseo, hasta hacerme olvidar...
El día que firmé ese compromiso..
No hay mayor mordaza que la que tapa el corazón y lo aprisiona.
ResponderEliminar"mordaza, sólo tu sabes cuan valioso es el silencio, el destierro, el olvido, de no hacer, ni decir, ni sentir..."
ResponderEliminarVALIOSO cuando el silencio, el destierro, el olvido, el no hacer, el no decir, el no sentir...se convierten en una receta para el dolor, disipandolo...
cuando ya todos esos caminos se han recorrido sin llegar a buen puerto (la palabra y el hacer), la no accion (el silencio) se encuentra sin buscarlo como el camino por excelencia para la liberacion...
Mari
Deprisa: sí...gran mordaza...por fortuna el palpito constante nos recuerda que no hay prisión eterna...el movimiento y la vida, siempre fluyen.
ResponderEliminarMari: los retiros sirven para encontrarnos, los silencios para escuchar nuestra voz interior..la distancia para sentir cerquita a los que no vemos...Gracias!